HEROE (Volúmen I Ortega y Gasset)
....."Hay hombres que no se contentan con la realidad.
Aspiran los tales a que las cosas lleven un curso distinto, se niegan a repetir los gestos que la costumbre, la tradición y en resumen, los instintos biolólgicos les fuerzan a hacer.
Estos hombres llamados HÉROES.
Porque ser héroe consiste en ser uno, uno mismo. Si nos resistimos a que la herencia, a que lo circunstante nos impongan unas acciones determinadas, es que buscamos asentar en nosotros, y solo en nosotros, el origen de nuestros actos.
Cuando el héroe quiere, no son los antepasados en él o los usos del presente quienes quieren, sino él mismo y este querer él , ser él mismo, es la heroicidad.
No creo que exista especie de originalidad mas profunda que esta originalidad "práctica", activa del héroe.
Su vida es una perpetua resistencia a lo habitual y consueto.
Cada movimiento ha necesitado primero vencer a la costumbre e inventar una nueva manera de gesto.
Una vida así es un peremne dolor, un constante desgarrarse de aquellas partes de si mismo rendida al hábito, prisionera de la materia.
La tragedia viene en consecuencia a hacer presa en los síntomas del heroísmo atrofiado que exista en nosotros.
Solemos tener una gran desconfianza hacia todo el que quiere hacer usos nuevos.
Pocas cosas odia tanto el plebeyo interior como el ambicioso. Y el héroe, claro está, empieza por ser ambicioso.
La vulgaridad nos irrita tanto como las pretensiones.
De ahí que el héroe ande siempre creyendo en el ridículo.
" De lo sublime a lo ridículo no hay mas que un paso".
Ay! de él como no justifique con exuberancia de grandeza, con sobra de calidades, su pretensión de no ser como los demás.
El héroe niega la tradición, lo recibido, lo habitual, los usos de nuestros padres, las costumbres nacionales, lo castizo.
El instinto de inercia y de conservación no lo puede tolerar y se venga.
Como el caracter de lo heróico estriba en la voluntad de ser lo que aún no se es, tiene el personaje trágico medio cuerpo fuera de la realidad.
De querer ser, a creer que se es ya, va la distancia de lo trágico a lo cómico.
Este es el paso de lo sublime a lo ridículo."..............
....."Hay hombres que no se contentan con la realidad.
Aspiran los tales a que las cosas lleven un curso distinto, se niegan a repetir los gestos que la costumbre, la tradición y en resumen, los instintos biolólgicos les fuerzan a hacer.
Estos hombres llamados HÉROES.
Porque ser héroe consiste en ser uno, uno mismo. Si nos resistimos a que la herencia, a que lo circunstante nos impongan unas acciones determinadas, es que buscamos asentar en nosotros, y solo en nosotros, el origen de nuestros actos.
Cuando el héroe quiere, no son los antepasados en él o los usos del presente quienes quieren, sino él mismo y este querer él , ser él mismo, es la heroicidad.
No creo que exista especie de originalidad mas profunda que esta originalidad "práctica", activa del héroe.
Su vida es una perpetua resistencia a lo habitual y consueto.
Cada movimiento ha necesitado primero vencer a la costumbre e inventar una nueva manera de gesto.
Una vida así es un peremne dolor, un constante desgarrarse de aquellas partes de si mismo rendida al hábito, prisionera de la materia.
La tragedia viene en consecuencia a hacer presa en los síntomas del heroísmo atrofiado que exista en nosotros.
Solemos tener una gran desconfianza hacia todo el que quiere hacer usos nuevos.
Pocas cosas odia tanto el plebeyo interior como el ambicioso. Y el héroe, claro está, empieza por ser ambicioso.
La vulgaridad nos irrita tanto como las pretensiones.
De ahí que el héroe ande siempre creyendo en el ridículo.
" De lo sublime a lo ridículo no hay mas que un paso".
Ay! de él como no justifique con exuberancia de grandeza, con sobra de calidades, su pretensión de no ser como los demás.
El héroe niega la tradición, lo recibido, lo habitual, los usos de nuestros padres, las costumbres nacionales, lo castizo.
El instinto de inercia y de conservación no lo puede tolerar y se venga.
Como el caracter de lo heróico estriba en la voluntad de ser lo que aún no se es, tiene el personaje trágico medio cuerpo fuera de la realidad.
De querer ser, a creer que se es ya, va la distancia de lo trágico a lo cómico.
Este es el paso de lo sublime a lo ridículo."..............
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