miércoles, 17 de diciembre de 2008

CARTA DE EINSTEIN A FREUD -sobre la Guerra...


CARTA DE UN GRANDE A OTRO GRANDE.
SI ESTAN DE ACUERDO LUEGO LES ENVIO LA RESPUESTA DE S. FREUD.
(LA RESPUESTA DE FREUD ES BASTANTE LARGA, PERO SI LES INTERESA, LE DOY ENTRADA. )

Caputh, cerca de Potsdam, 30 de Julio de 1932.

Estimado profesor Freud:
La propuesta de la Liga de las Naciones y de su instituto Internacional de la Cooperación Intelectual en París para que se invite a alguien, elegido por mí mismo, a un franco intercambio de ideas sobre cualquier problema que yo desee escoger me brinda una muy grata oportunidad de debato con usted una cuestión que, tal como están las cosas, parece el más imperioso de todos los problemas que la civilización debe enfrentar. El problema es este: ¿Hay algún camino para evitar a la humanidad los estragos de la guerra?

Es bien sabido que, con el avance de la ciencia moderna, este ha pasado a ser un asunto de vida o muerte para la civilización tal cual la conocemos; sin embargo, pese al empeño que se ha puesto, todo intento de darle solución ha terminado en un lamentable fracaso.
Creo, además, que aquellos que tienen por deber abordar profesional y prácticamente el problema no hacen sino percatarse cada vez más de su impotencia para ello, y albergan ahora un intenso anhelo d conocer las opiniones de quienes, absorbidos en el quehacer científico, pueden ver los problemas del mundo con la perspectiva que la distancia ofrece.

En lo que a mí atañe, el objetivo normal de mi pensamiento no me hace penetrar las oscuridades de la voluntad y el sentimiento humanos. Así pues, en la indagación que ahora se nos ha propuesto, poco puedo hacer más allá de tratar de aclarar la cuestión y, despejando las soluciones más obvias, permitir que usted ilumine el problema con la luz de su vasto saber acerca de la vida pulsional del hombre. Hay ciertos obstáculos psicológicos cuya presencia puede borrosamente vislumbrar un lego en las ciencias del alma, pero cuyas interrelaciones y vicisitudes es incapaz de imaginar; estoy seguro de que usted podrá sugerir métodos educativos; más o menos ajenos al ámbito de la política, para eliminar esos obstáculos.
Siendo inmune a las inclinaciones nacionalistas, veo personalmente una manera simple de tratar el aspecto superficial ( o sea administrativo) del problema: la creación, con el consenso internacional, de un cuerpo legislativo y judicial para dirimir cualquier conflicto que sugiere entre las naciones.

Cada nación debería avenirse a respetar las órdenes emanadas de este cuerpo legislativo, someter todo disputa a su decisión, aceptar sin reserva sus dictámenes y llevar a cabo cualquier medida que el tribunal estimare necesaria para la ejecución de sus decretos.
Pero aquí, de entrada, me enfrento con una dificultad; un tribunal es una institución humana que, en la medida en que el poder que posee resulta insuficiente para hacer cumplir sus veredictos, es tanto más propenso a que estos últimos sean desvirtuados por presión extrajudicial.
Este es un hecho que debemos tener en cuenta; el derecho y el poder van inevitablemente de la mano, y las decisiones jurídicas se aproximan más a la justicia ideal que demanda la comunidad (en cuyo nombre e interés se pronuncian los veredictos) en tanto y en cuanto esta tenga un poder efectivo para exigir respeto a su ideal jurídico.
Pero en la actualidad estamos lejos de poseer una organización supranacional competente para emitir veredictos a autoridad incontestable e imponer el acatamiento absoluto a la ejecución de estos.
Me veo llevado, de tal modo, a mi primer axioma: el logro de seguridad internacional implica la renuncia incondicional, en una cierta medida, de todas las naciones a su libertad de acción, vale decir, a su soberanía, y está claro fuera de toda duda que ningún otro camino puede conducir a esa seguridad.
El escaso éxito que tuvieron,, pese a su evidente honestidad, todos, los esfuerzos realizados en la última década para alcanzar esta meta no deja lugar a dudas de que hay en juego fuertes factores psicológicos, que paralizan tales esfuerzos.

No hay que andar mucho para descubrir algunos de esos factores.
El afán de poder que caracteriza a la clase gobernante de todas las naciones es hostil a cualquier limitación de la soberanía nacional.
Este hambre de poder político suele medrar gracias a las actividades de otro grupo guiado por aspiraciones puramente mercenarias, económicas.
Pienso especialmente en ese pequeño pero resulto grupo, activo en toda nación, compuesto de individuos que, indiferentes a las consideraciones y moderaciones sociales, ven en la guerra, en la fabricación y venta de armamentos, nada más que una ocasión para favorecer sus intereses particulares y extender su autoridad personal.
Ahora bien, reconocer este hecho obvio no es sino el primer paso hacia una apreciación del actual estado de cosas.

Otra cuestión se impone de inmediato: ¿cómo es posible que esta pequeña camarilla someta al servicio de sus ambiciones la voluntad de la mayoría, para lo cual el estado de guerra representa pérdidas y sufrimientos?
( Al referirme a la mayoría, no excluyo a los soldados de todo rango que han elegido la guerra como profesión en la creencia de que con su servicio defienden los más altos intereses de la raza, que la minoría, la clase dominante hoy, tiene bajo su influencia las escuelas y la prensa, y por lo general también la Iglesia. Esto les permite organizar y gobernar las emociones de las masas, y convertirlas en su instrumento.
Sin embargo, ni aun esta respuesta proporciona una solución completa. De ella surge esta otra pregunta:

¿Cómo es posible que estos procedimientos logran despertar en los hombres tan salvaje entusiasmo, hasta llevarlos a sacrificar su vida? Sólo hay una contestación posible: porque el hombre tiene dentro de sí un apetito de odio y destrucción.
En épocas normales esta pasión existe en estado latente, y únicamente emerge en circunstancias inusuales; pero es relativamente sencillo ponerla en juego y exaltarla hasta el poder de una psicosis colectiva.
Aquí radica, tal vez, el quid de todo el complejo de factores que estamos considerando, un enigma que el experto en el conocimiento de las pulsiones humanas puede resolver.
Y así llegamos a nuestro último interrogante: ¿ Es posible controlar la evolución mental del hombre como para ponerlo a salvo de las psicosis del odio y la destructividad?

En modo alguno pienso aquí solamente en las llamadas “masas iletradas”. La experiencia prueba que es más bien la llamada “intelectualidad” la más proclive a estas desastrosas sugestiones colectivas, ya que el intelectual no tiene contacto directo con la vida al desnudo, sino que se topa con esta su forma sintética más sencilla: sobre la página impresa.
Para terminar: hasta ahora sólo me he referido a las guerras entre naciones, a lo que se conoce como conflictos internacionales. Pero sé muy bien que la pulsión agresiva opera bajo otras formas y en otras circunstancias. (Pienso en las guerras civiles, por ejemplo, que antaño se debían al fervor religioso, pero en nuestros días a factores sociales; o, también en la persecución de las minorías raciales. No obstante, mi insistencia en la forma más típica, cruel y extravagante de conflicto entre los hombres ha sido deliberada, pues en este caso tenemos la mejor oportunidad de descubrir la manera y los medios de tornar imposibles todos los conflictos armados.
Sé que en sus escritos podemos hallar respuestas, explícitas o tácitas a todos los aspectos de este urgente y absorbente problema. Pero sería para todos nosotros un gran servicio que usted expusiese el problema de la paz mundial a la luz de sus descubrimientos más recientes, porque esa exposición podría muy bien marcar el camino para nuevos y fructíferos modos de acción.
Muy atentamente,
Albert Einstein.





10 comentarios:

Anónimo dijo...

seria muy interesante conocer la respuesta.
Se plantean muchos problemas y es tan dificil...la violencia y la ambicion del individuo por un lado, y la violencia y ambicion de las masas colectivamente. Si se tratan las guerras entre paises, ¿y las guerras internas? y las guerras en provincias entre razas ? (vease el caso reciente de Almeria...)
Complicado lo veo.
Me gustaria leer la respuesta.
Un saludo

Juan Pablo Peralta dijo...

de gran calidad e interesante blog, llegué por casualidad y me gustó, te felicito. Juan Pablo Peralta. www.portaldelperiodista.blogspot.com

Natacha dijo...

Vine a dejarte un saludo y vendré a leerte con tranquilidad.
Gracias por mostrarme el camino....
Un beso, cielo.
Natacha.

roxana dijo...

David.Pensa que es del año 32 y las preguntas siguen siendo actuales!!!!
La respuesta es muy larga, pero la pondre en el blog. No quise hacer las dos cartas a la vez pues se iba a hacer muy extenso. Un saludo
Roxana

roxana dijo...

Natacha: Gracias por pasar por aqui!
está a tu disposición todo lo que cargo en este blog, para cuando quieras o puedas leerlo. Un gusto en tenerte.
Un saludo fuerte
Roxana

roxana dijo...

Juan Pablo. Gracias por tu comentario.
Ingresé a tu blog, no por casualidad, y realmente me parece interesante...
Igualmente alli te deje un comentario.
Un gusto
Roxana

Myriam dijo...

Concuerdo con David, el tema es complejo y como tu dices, sigue siendo actual a pesar de que esta carta fuera escrita en 1932.

En otro de tus post, escribiste recuerdo, sobre lo que no se aprende se repite.... La Estupidez humana, se repite, se repite. La gente olvida la historia con mucha rapidez...

El egoismo, la avaricia, la falta de solidaridad, el odio., la mezquindad,... Esas son las caracteristicas humanas que no nos permiten evolucionar, crecer, subir de nivel y vivir en un mundo en el que impere la Paz y el Amor.

Einstein habla en su carta de la importancia de los Entes Internacionales, pero que hay de la conciencia individual? Por lo pequenio se empieza para llegar a lo grande.

NO recuerdo la respuesta que Freud le dio a Einstein... sera muy interesante leerla.

Gracias por brindarnos estas textos que nos hacen pensar sobre temas tan importantes para nuestro desarrollo como SERES HUMANOS, si, seres humanos.....

A veces me pregunto si lo somos...

Beso grande.

Franziska dijo...

Desconocía este documento. Está en él ya el germen de la creación de Naciones Unidas que tanto empeño ponen algunos en menospreciar.

Pero la parte realmente interesante es la que se refiere al tema del control de la evolución mental del hombre a fin de salvarlo del odio y la destrucción.

Las religiones han tratado de salvar al hombre de tal miseria pero no lo han conseguido más que en una pequeña proporción.

¿Cómo es posible que una pequeña camarilla someta al servicio de sus ambiciones la voluntad de la mayoría -como ocurrió en España y que aún hoy sigue enfrentando a los españoles, a pesar de la democracia- para los que la guerra sólo representa pérdidas y sufrimientos?

Sinceramente, a mí me gustaría conocer la respuesta de Freud.

Quería darte las gracias por tu visita a mi blog. Te acojo con gusto en el mío y consideraré un honor que tú quieras tenerme entre las personas que visitan tu interesante bitácora.

Saludos cordiales.

roxana dijo...

Franziska; ya te conteste en tu blog, por si no entras al mio que esta la carta de Freud a Eistein. me alegra tenerte aca. Un beso
Roxana

enriquebtz dijo...

roxana: me gustaria estar en contacto contigo por correo. presentacion a continuacion

enriquebtz@gmail.com

Sustentabilidad, Solidaridad, Diversidad, Sinergia Social
-los gobiernos dejan mucho que desear, necesitamos organizarnos y participar-
http://psicologiavictoria.com/2011/02/se-el-cambio-que-quieres-ver-en-el-mundo/
http://psicologiavictoria.com/2011/01/sinergia-social-se-busca-un-amigo/

lo unico que necesita el mal para triunfar,
es que los hombres de buena voluntad no hagan nada

en cd victoria estamos haciendo un bosque, si quieres participar comunicate!

siento una inmensa gratitud por el regalo de vivir ante tanta hermosura

no existe mejor prueba del progreso de una civilizacion que la del progreso de la cooperacion. john stuart mill

"El dolor psicologico sirve para reorganizar la intimidad alterada."

"el terror se basa en la incomunicacion. rompa el aislamiento..."

"somos esclavos de lo que tenemos y dueños de lo que amamos"

onu: "somos una sociedad adicta al carbono. urge dejemos de extraer petroleo, carbon y gas".
mario molina: "nos acabaremos antes la atmosfera que el petroleo"
somos arquitectos de nuestro destino y socialmente tenemos dos opciones: el paraiso o nada. esta vida es la unica segura, la religion no es una ciencia.
"la extincion es la ley; la evolucion es la excepcion"